5 maneras de ahorrar gas en casa

El consumo de gas es uno de los principales gastos de los hogares. Aquí tienes algunos consejos sencillos de aplicar que te permitirán ahorrar gas y reducir tu factura de forma fácil y rápida.

1. Ahorrar gas con la calefacción

La calefacción por sí sola representa una buena parte del presupuesto de gas. Para reducir el consumo de gas, debes comenzar por implementar soluciones que permitan controlar mejor la calefacción sin comprometer tu comodidad.

Optimizar la difusión del calor

En primer lugar, es fundamental mejorar la distribución del calor de los radiadores gracias a unos sencillos hábitos:

  • Quita el polvo a fondo de las rejillas de entrada y las salidas de aire de los electrodomésticos dos veces al año.
  • No le pongas ropa.
  • Evita que los muebles entren en contacto con los radiadores.
  • Purgarlos al menos una vez al año, antes de la temporada de calefacción.
apagar el termostato para ahorrar gas

Uso óptimo de la calefacción

El ahorro de gas pasa también por un mejor aprovechamiento de la calefacción. Al principio, aunque tengas miedo de pasar frío, según los médicos, lo ideal es mantener una temperatura de 19 grados en casa. Una regla que se adaptará según la situación. ¿Qué partes usas más? ¿Cuándo estás en casa?

Consejo

No calientes permanentemente las habitaciones que no habitas durante el día, como el dormitorio. También puedes apagar el termostato antes de acostarte.

Ventila tu casa para ahorrar gas

Por último, no olvides ventilar tu casa a diario. Contrariamente a la creencia popular, abrir las ventanas durante 5 minutos al día reduce el consumo de energía, porque además de evacuar la contaminación interior, baja el nivel de humedad y las viviendas más secas se calientan con mayor facilidad y rapidez.

2. Buen aislamiento térmico para reducir la factura de gas

Presta atención al aislamiento térmico:

  • Ventanas: parte del calor puede escaparse por las ventanas, no olvides cerrar las persianas por la noche o poner cortinas gruesas.
  • Puertas: si tu casa tiene agujeros, debajo de la puerta de entrada, trata de taparlos con burletes.
  • Tuberías: al aislar las tuberías de calefacción, es decir, al cubrirlas con aislamiento térmico, también evitarás pérdidas de calor. Esto no es despreciable, especialmente en habitaciones que no tienen calefacción, como el garaje o el sótano.

3. Programa tu calefacción a distancia para un ahorro real

Reducir la factura de gas significa monitorear de cerca el consumo de energía para controlarlo mejor.

Usar un termostato conectado, por ejemplo, te permite gestionar tu consumo de forma remota. En la práctica, puede ajustar su calefacción desde tu ordenador portátil o tablet utilizando una aplicación dedicada. Este equipo también te permite estimar tu consumo de gas y cambiar tus hábitos si es necesario.

4. Reduce tu consumo de agua caliente para reducir tu factura de gas

El gas permite que el calentador de agua mantenga una temperatura alta. Por lo tanto, es necesario verificar la temperatura de este dispositivo. Debe estar entre 55 y 60 grados. Por debajo de 55, las bacterias pueden crecer, por arriba de 60, la cal se forma más rápidamente. Esto repercute en el rendimiento de su instalación y, por tanto, en tu consumo de gas.

Para la propia ducha, existen equipos a instalar para limitar el consumo de agua caliente:

  • Una ducha de mano económica: un sistema de parada de ducha
  • Una válvula mezcladora termostática: fácil de instalar, permite ahorros reales a largo plazo.

5. Reduce tu factura de gas usando menos gas en la cocina

El último gasto relacionado con el consumo de gas: cocinar los alimentos. Hay varios pequeños consejos para ahorrar gas en la cocina.

Cubre sistemáticamente las ollas y sartenes para almacenar allí el calor. También es necesario elegir utensilios con un tamaño adaptado al de las placas de cocción.

Para reducir la factura de gas, no olvides limpiar regularmente los quemadores de gas. Si la llama es amarilla, es indicativo de falta de oxígeno y significa que están obstruidos.

Por último, recuerda utilizar los accesorios adecuados. Para cocinar verduras, por ejemplo, una olla a presión es más eficiente que una cacerola y, por lo tanto, más eficiente energéticamente.

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